Origen del Eclipse "Soma & Raju" de la tradición védica

miércoles, 22 de diciembre de 2010

 


En el marco del hinduismo, Rajú (‘atacante’en sánscrito) es el demonio que provoca los eclipses lunares y solares. En la mitología budista es un dios iracundo de muchas cabezas.
Este daitia (demonio ‘descendiente de Diti’) era el horrendo hijo de Vipra Chitti y de Siṃhikā, y tenía cola de dragón.[1]
Participó en el lila (pasatiempo o diversión) llamado samudra manthan o sagara manthan (el ‘batido del océano [de leche]’).

En los Puranás se explica el conflicto entre los daitia (demonios) y los aditiás (dioses), y su búsqueda del amrita (néctar de la inmortalidad). En este līlā, llegó un momento en que los demonios robaron el néctar a los dioses. Para rescatarlo (para entregárselo a sus amigos los semidioses), el dios Vishnú adoptó la forma de Mojiní, una mujer ‘enloquecedora’ (moja) y se acercó a los demonios.
Cuando los demonios vieron la encantadora belleza de Mojiní, perdieron toda compostura. Mientras los demonios estaban encantados con la belleza divina, Mojiní se apoderó del néctar y lo distribuyó entre los dioses.

El asura Rajú sospechó el juego sucio y se unió a la fila de los dioses, para recibir el néctar. Soma (dios de la Luna) se dio cuenta de que Rajú estaba por beber el néctar, y le avisó a Mojiní, quien extrajo de entre sus ropas el sudarshaná chakrá (un disco parecido a un disco ninja) y decapitó al demonio.
Sin embargo, Rajú logró tomar una gota del néctar de inmortalidad, por lo que no murió: su cabeza y su cuerpo separados flotaron en el espacio como dos astros invisibles a los ojos humanos: Rajú (la cabeza) y Ketu (el dragón).
solo aparecen en forma del ahora llamado Eclipse lunar.

En venganza contra la Luna, cada tanto la devora con su inmensa boca, pero no por mucho tiempo: ella sale victoriosa por el cuello abierto del demonio.

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